¿Qué son los Prebióticos?
Son ingredientes y sustancias que promueven el crecimiento de bacterias en el intestino. Deben cumplir con tres características para poder ser considerados como tal:
- Resistir la acción enzimática,
- Ser fermentado por la microbiota intestinal y
- Estimular el crecimiento de bacterias intestinales.
PREBIÓTICOS y los Efectos de los Alimentos Prebióticos en la salud
Células inmunitarias
Es conocido que las células inmunitarias para llevar a cabo su función de defensa frente a constantes amenazas como infecciones, procesos cancerosos y daños tisulares, entre otros, necesitan generar compuestos inflamatorios, los más relevantes son las citoquinas inflamatorias (IL-1-beta, IL-6, y TNFalfa, fundamentalmente).
Lógicamente, esta respuesta debe estar controlada espacial y temporalmente, pues su exceso prolongado está en la base de múltiples enfermedades.
Para llevar a cabo ese control se generan compuestos antiinflamatorios, como lo son las citoquinas antiinflamatorias, siendo el ejemplo más típico la IL-10. Si bien ciertas cantidades de citoquinas pro-inflamatorias son necesarias para los mecanismos de defensa, así como lo son para muchas funciones cerebrales (plasticidad neuronal, el sueño, etc.), el exceso mantenido conlleva un deterioro generalizado, el cual es apreciable también a nivel conductual.
Dado que las células de la inmunidad innata (los fagocitos), son las que actúan en un primer momento frente a cualquier reto, siendo las que tienen mayor capacidad de producir citoquinas pro-inflamatorias, se han sugerido como responsables de desencadenar los mecanismos de resiliencia.
Por su parte, los linfocitos de la inmunidad adquirida, fundamentalmente los T, y especialmente los más focalizados a poder secretar citoquinas antiinflamatorias, son los que parecen implicarse en la recuperación y consecuentemente en el establecimiento de la resiliencia.
Así, el estado inmunológico de una persona puede influir en la forma en que esta se adapta a las situaciones estresantes y se recupera de ellas. Es conocido que la microbiota intestinal puede intervenir en este balance inflamación/anti-inflamación, y una de las maneras es controlando la respuesta inmunitaria.
Los microorganismos de nuestro intestino pueden regular el balance de células T secretoras de pro-inflamación/anti-inflamación (por ejemplo, la relación Th17/Treg). Así, en el contexto del eje microbiota-intestino-cerebro, es posible que el predominio de determinadas poblaciones en la microbiota condicione que la inflamación sea mayor o menor.
Una mayor inflamación afectaría a la barrera hematoencefálica, favorecería la neuro inflamación. Se ha comprobado que una menor diversidad microbiana intestinal se relaciona con la presencia de determinados microorganismos que pueden contribuir al control de la inflamación y así favorecer en los síntomas.
Por otro lado, también hay que considerar que la microbiota intestinal puede alcanzar “estados resilientes” que no sean saludables para el organismo y así provocar la predisposición a enfermedades inflamatorias crónicas y una resistencia a la eficacia de los tratamientos.
Fibras alimentarias Prebióticas y la salud digestiva
Una buena digestión es vital para una vida sana. Los alimentos con Prebióticos ayuda a nuestro cuerpo a absorber todos los nutrientes que necesita para funcionar con normalidad. A su vez, para tener un sistema digestivo sano debemos ingerir suficiente fibra alimentaria.
La naturaleza proporciona una fuente infinita de inspiración cuando se trata de alimentos. En el Mercado de Alimentos y Bebidas existe las fibras funcionales de BENEO.
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FIBRAS FUNCIONALES
Estas fibras funcionales son Orafti ® Inulina y Oligofructosa. Estas mejoran la flora intestinal, ya que lo equilibra al estimular el crecimiento de bifidobacterias beneficiosas, un elemento importante para una buena salud digestiva.
Se ha comprobado que ayudan a controlar el peso y ayudan al cuerpo a absorber más calcio, lo cual es bueno para tener huesos más fuertes. Además, las fibras funcionales Orafti® también favorecen una dieta de bajo índice glucémico.
Las fibras de raíz de achicoria son prebióticos científicamente probados. Se pueden aplicar para tratar la disbiosis y mejorar la salud digestiva, la salud ósea, la respuesta de glucosa en sangre, controlar el peso y la defensa interna.
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